La fragata "La Medusa" encabezaba la expedición cuyo objetivo era restituir Senegal, que entonces estaba en manos de los ingleses, al gobierno francés. Comandada por un viejo oficial incompetente y alcohólico, el 2 de julio de 1816 naufraga en la cosa de Mauritania, en un bajo fondo muy bien conocido por los marinos. Ciento cincuenta hombres no encuentran lugar entre los botes e improvisan una balsa que las chalupas logran remolcar unas cuantas millas. El esfuerzo es inútil y, la abandonan en alta mar con toda su tripulación a bordo.
Hacinados en la balsa, con el agua hasta las rodillas, los náufragos perecen, uno tras otro, minados por tempestades, motines salvajes y un hambre atroz. Después de unas semanas solo quedan quince.
Empujados por la desesperación y el implacable instinto de supervivencia, deciden comerse uno de los cadáveres. El conocido cuadro de Géricault inmortaliza ese horror. Sin embargo, pocos conocen las circunstancias de aquel hecho histórico que provocó un verdadero escándalo político en su época.
Novel ahistórica de una escritura impecable, narrada a través de la visión de un joven médico cirujano de veintisiete años que ingresa en la Marina escapando de una pena de amor, "La maldición de La Medusa" sustenta su cautivante argumento en una sólida investigación.