Ya hablamos de muchas mujeres que nos dejaron un mundo distinto. La mayoría eran personas adultas que habían recorrido un camino más largo.
¿Y qué pasa con los jóvenes que todos los días también están haciendo cosas importantes, pero que, sin embargo, no se reflejan tanto?
Mica murió a los 21 años. En realidad no murió, la asesinaron. Fue víctima de un femicidio, que es un crimen que se comete contra una mujer por el hecho de ser mujer. Si, es difícil decirlo, pero es importante contarlo desde un principio porque fue noticia en muchos medios de comunicación.
Aunque la idea de este libro es que no nos quedemos solo en eso, sino con lo que Mica fue: la niña que se trepaba a un árbol casi antes de caminar, la que ayudaba a poner cemento en el piso de la casa que construía su familia, la que prefería las aventuras a las muñecas, una gran estudiante que estaba siempre dispuesta a ayudar a las y los demás. También fue una militante, la adolescente que le hizo frente a las injusticias, siempre colectivamente, con otras y otros jóvenes como ella. Destinaba muchas horas para cambiar la realidad en los barrios más pobres. Mica nos dejó una huella para seguir caminando, para que entre todas y todos podamos seguir construyendo el mundo lindo que ella soñó. Fuente: contraportada del libro.